La Humanidad ha convertido al mineral
llamado wolframio en un descubrimiento científico y también en una pieza
estratégica en las guerras mundiales del siglo XX. Precisamente uno de los
principales yacimientos de wolframio de la Península Ibérica se sitúa en el
término de Valle de La Serena[1].
Este hecho provocó que el pueblo participara a través de su riqueza mineral en
las dos Guerras Mundiales más devastadoras hasta el momento.
La primera compañía que inició los
trabajos de explotación era de capital francés y fue puesta en marcha por el
descubridor del yacimiento: José Cazalet Lamarque. Ya durante la Primera Guerra
Mundial el mineral que extraía la empresa francesa que llevaba el mismo nombre
de la mina, “Tres Amigos”, iba a parar a Francia. En aquellos años la mina de
Valle de La Serena alcanzó las cifras más altas de extracción de mineral de su
Historia. Además contó con el mayor número de mineros trabajando en sus
distintos filones.
Ya en la Segunda Guerra Mundial el
wolframio volvió a tener gran relevancia estratégica. Esta circunstancia motivó
que los alemanes, con la estrecha colaboración de las autoridades franquistas,
se hicieran con el control de la mina. Pero antes de este traspaso la mina
había sido arrebatada a la empresa francesa “Tres Amigos” y entregada a Gonzalo
García de Blanes y Pacheco quién formalizaría el arrendamiento del coto minero
a la empresa alemana “Montes de Galicia” además de cambiarle el nombre y
ponerle “San Nicolás”. Esta empresa
estaba incrustada en un entramado empresarial llamado SOFINDUS y creado por el
general de las SS Johannes Bernhardt. Así los franquistas continuaban pagando la deuda contraída con los nazis por su crucial apoyo, en hombres y armas, desde los primeros momentos del golpe militar hasta el final de la Guerra.
Los nazis J. Bernhardt
(primero por la izquierda)
y H. Himmler (en el
centro) con Franco (primero por la derecha).
Y entre medio de
esas dos grandes guerras se encuentra la Guerra Civil Española. En ese momento
las minas de wolframio de “Tres Amigos” conocieron la guerra en sus propias
instalaciones. De hecho el Frente de guerra iba en la propia ladera Oeste del
Cerro Martín Pérez. Fueron los republicanos los que se parapetaron entre los
trabajos mineros y realizaron algunas trincheras. Previamente, y como ordenó el
Gobernador Civil de la Provincia, el Comité de Defensa de Valle de La Serena
había incautado las instalaciones a la aludida compañía francesa “Tres Amigos”.
Seguidamente las autoridades republicanas destinarían trabajadores cualificados
al mantenimiento de las minas. Así lo demuestra el documento que extractamos y
presentamos donde viene una relación de operarios con su oficio y procedencia[1].
Los que trabajaban no eran encuadrados en el ejército. Se ganarían el jornal en
una mina que servía a las guerras y a su vez estaba inmersa en otra guerra. Por
tanto los trabajadores tenían dos opciones para ganarse el jornal: tomar el
pico o el fusil.
[1] España. Ministerio de Educación, Cultura
y Deportes. Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca).
Político-Social Extremadura, 37, documento del Juzgado Municipal de Valle de La
Serena.
[1] Minaya
Caballero, Juan José (Editor). Historia y Patrimonio Minero en Valle de La
Serena. La singularidad de las Minas de San Nicolás. ADEPA Valle S., 2014.
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