viernes, 24 de septiembre de 2021

83 años después: buscando al artista Vicente Muñoz Millán en el Frente extremeño

 

Vicente Muñoz Millán nació en Valencia un 5 de julio de 1908 en el emblemático Barrio del Carmen, en pleno casco histórico de la ciudad, un lugar lleno de encanto y arte, donde estudió Bellas Artes en la Escuela Superior de San Carlos con profesores como el pintor Ricardo Verde y el escultor Mariano Benlliure. Sus estudios fueron interrumpidos por los años de servicio militar en Mahón (Menorca).

Vicente en el centro abajo con los compañeros del Taller.


De ideología izquierdista desde su juventud estuvo afiliado a la CNT. El 20 de junio de 1936 se casó en el Palacio de Justicia de Valencia con Emilia, su novia desde hacía 3 años, y en marzo de 1937 nació su hija Emilia. Meses después, su padre Ángel, a quién estaba muy unido, murió en el bombardeo de la aviación "negra" (Aviación legionaria italiana) del puerto de Valencia el 20 de enero de 1938. Su nieta Luz Seco subraya este hecho como desencadenante de un mayor compromiso de Vicente por defender con las armas en la mano la causa republicana.

Vicente con su esposa Emilia.

El 7 de marzo de 1938 se incorporó como soldado de reemplazo teniendo como primer destino el Frente de Teruel con la 22 BM. En junio del mismo año pasó a formar parte de la 107 BM ya en la provincia de Castellón. A mediados de agosto de 1938 la 107 BM fue transportada en tren al Frente de Extremadura uniéndose a la 6ª División.

Precisamente iniciamos la caminata por el paisaje de La Serena el mismo día en que desapareció en combate Vicente Muñoz Millán. Su nieta Luz, que ya llevaba tiempo con la investigación documental, pensó que puestos a rememorar en el presente lo que pudo ocurrirle, no había mejor manera que pisar la misma tierra y amoldarse a las fechas que señalan su desaparición, el 28 de agosto de 1938. Por tanto, Luz, su hijo y su prima, habían decido utilizar sus vacaciones para patear y conocer los lugares que vieron por última vez los ojos del artista Vicente Muñoz.

Los hechos sucedieron a los pocos días de ponerse en marcha la contraofensiva republicana que se había iniciado el 22 de agosto de 1938. La ofensiva franquista en el Frente Extremeño había comenzado el 19 de julio de 1938 y aún para mediados de agosto había continuado en una segunda fase donde la intención de los mandos rebeldes era seguir avanzando hasta el preciado enclave minero de Almadén. Pero desde finales de julio de 1938, y durante el inicio de agosto, hubo desplazamiento de fuerzas rebeldes a la Batalla del Ebro, principal escenario de la Guerra en aquellos momentos. A estas circunstancias se unió el desgaste de algunas de sus unidades como la 21 División. Mientras, los republicanos habían decido desplazar tropas al desguarnecido frente extremeño. A esto último se unió el cambio en la jefatura del ejército republicano en Extremadura recayendo en el general Adolfo Prada.

Sobre el terreno buscábamos las dos referencias que había conseguido Luz en su investigación: "Moro" y "Portugalesa". Por esa amplísima zona se desarrolló un avance de las fuerzas de la 6ª División que tenía como objetivos cruzar el Guadalefra y ocupar la población de Campanario. Anduvimos varios kilómetros intentando observar alguna huella en el terreno. Sólo localizamos una posición en el entorno de la Portugalesa y a un kilómetro del cauce del Zújar. Pero esa trinchera de poca profundidad y con un solo pozo de tirador fue posterior al primer avance de las fuerzas de la 107 y su 425 Batallón. También cuenta Luz con la referencia del Hospital de campaña cercano a la población de Puebla de Alcocer, "El Contadero", donde según un documento de la 41 División, posterior a los hechos, deberían de ser conducidos los heridos de ese sector del frente.

Carta del Comisariado de la 107 BM comunicando la muerte de Vicente a su familia.

Pero Luz y su familia no están solos en la búsqueda ya que, como ocurre en este país con las familias de otros "desparecidos" de la Guerra Civil y de la Dictadura franquista, los familiares de los soldados desaparecidos en el Frente Extremeño se están uniendo para ayudarse y poco a poco constituir una asociación que pueda organizar de manera más efectiva sus trabajos de búsqueda y sus reivindicaciones. Y al igual que a los familiares de los asesinados por el franquismo, lo único que les mueve es la necesidad vital de querer saber, de conocer qué pasó con sus familiares y, porqué no, el ansiado logro de encontrarlos y darles un entierro digno en la tierra que los vio nacer. 

Los familiares de Vicente Muñoz Millán.

Organismos como la ONU, a través de varios informes, ya han instado al Estado Español y a sus sucesivos Gobiernos, de distinto signo político, la necesidad de cumplir con Derechos Humanos tan fundamentales como, por ejemplo, la localización y exhumación de las fosas clandestinas de la Dictadura franquista y el acceso a la toda la documentación archivística del periodo. Sin embargo, y precisamente por la propia naturaleza y consecuencias de la guerra, donde los vencedores no mostraron ningún tipo de piedad con los vencidos, los soldados republicanos caídos en el frente, primero fueron olvidados (durante la dictadura), y después ignorados (ya en democracia). Por otra parte, dada la prioridad en localizar fosas de personas asesinadas en retaguardia, que viene consumiendo muchas energías (individuales, asociativas y políticas) desde hace décadas, la localización de soldados muertos en el frente ha ocupado una posición marginal en la agenda pública, a pesar de que murieron defendiendo la democracia republicana.

Trinchera de segunda línea en la Portugalesa.

En la actual y reciente Ley de memoria histórica y democrática de Extremadura (Ley 1/2019, de 21 de enero) no se contempla medida alguna sobre una posible coordinación y ayuda a los familiares en la búsqueda de los soldados desaparecidos en el Frente. La única referencia en la Ley hace mención a que se utilizarán los mismos protocolos de actuación en las fosas de soldados que en las de los represaliados por el franquismo (Capítulo II. Del proceso de exhumación). Quizá cuando se elabore el "Censo" de víctimas (Título I, Capítulo I, artículo 6 de la Ley) podría abrirse un apartado que recogiera a los desaparecidos en el Frente. Aunque esta medida tendría que ir aparejada a un posible banco de ADN y a un servicio de documentación que centralice y gestione la búsqueda por los distintos archivos del Estado. Medidas todas ellas que encontrarían adecuado encaje en la Ley 1/2019, de 21 de enero.

Pese a todo, Luz, la nieta del artista Vicente Muñoz Millán, seguirá con la búsqueda y ya tiene planeada la visita al Archivo General Militar de Ávila y al Centro de Documentación de la Memoria Histórica en Salamanca.   


Los familiares en su reconocimiento de la zona, mimetizados en el paisaje de La Serena.