Eran
las siete y cuarto de la tarde y el sol de primeros de septiembre
estaba aún alto sobre el horizonte y pegando fuerte. Poco a poco el
ruido de los motores iba en ascenso. Las miradas de los soldados
republicanos de la 28 División, los mismos que habían recuperado
hacía unos días el pueblo de Zarza Capilla, se dirigirían hacia el
oeste. De unos a otros fueron transmitiéndose la idea que los
aviones que se aproximaban eran “fascistas”. De nuevo se
aprestaban a ser ametrallados y bombardeados.
El
número de aviones rebeldes que aquel día descargó sus bombas sobre
el pueblo de Zarza Capilla y alrededores fue importante. El oficial
de enlace del arma de aviación del Ejército republicano reflejó
parte de lo que sucedió en su informe del día 2 de septiembre de
1938. Contabilizó doce bombarderos franquistas, seis trimotores
Junkers (https://es.wikipedia.org/wiki/Junkers_Ju_52)
y seis bimotores Junkers,
los cuales volaban protegidos por dieciocho Heinkel. En total 30
aviones. La fuerza aérea republicana, sin precisar el mismo informe
en qué número, haría frente al ataque perdiendo dos bombarderos y
un caza aunque logró abatir a un bombardero y a dos cazas
franquistas.
Escuadrilla de bombardeo franquista Junkers 52. |
Junker 52 y sus bombas de 250 y 50 kilos. |
Ese día las casas y calles de Zarza Capilla recibirían bombas de
10, 50 y 250 kilos. Casi todos los vecinos, o bien se habían sumado a
la evacuación de principios de agosto de 1938, rumbo al norte de la
provincia pacense y a Ciudad Real, o bien se habían puesto a
resguardo en fincas particulares. Siempre alejándose del cercano
frente de combate. Zarza Capilla, que había sido ocupado el 15 de
agosto de 1938 por el 11 regimiento de Castilla a las órdenes del
guardia civil golpista Ernesto Navarrete Alcal, fue el único pueblo recuperado por
el Ejército republicano tras su contraofensiva iniciada el 22 de agosto del
mismo año.
Campana-bomba. |
Posiblemente de aquel bombardeo procede la media bomba1
que el profesor Pablo Muñoz mostró al equipo de prospección de la
Asociación. Una bomba de aviación que no estalló y que fue
reutilizada como campana. Sustituyó a la campana de bronce que
durante la Guerra fue confiscada por el Gobierno de la República
para ser fundida y convertida en espoletas para proyectiles. Este
reciclaje de postguerra en campana-bomba estuvo marcando la vida
religiosa de Zarza Capilla hasta 1965. Una bomba de 250 kilos de
peso, que no estalló, debido a un fallo del dispositivo eléctrico,
para alivio de la ya muy castigada Zarza Capilla.
Sección de la campana-bomba. |
Como consecuencia del protagonismo de Zarza Capilla durante la
Guerra, su población quedó dividida en dos núcleos urbanos, Zarza
Capilla la Vieja y la Nueva. En la postguerra el organismo franquista
de Regiones Devastadas ejecutó un ambicioso plan de construcción de
un nuevo núcleo urbano. Sin embargo los vecinos se empeñaron en
algo tan natural como reconstruir sus propias casas. El resultado del
empeño de unos y otros es patente. Por un lado, Zarza Capilla La
Vieja tiene el trazado sinuoso marcado por sus primeros pobladores,
asentando sus viviendas sobre los desniveles en la falda de la
majestuosa Sierra de las Poyatas. Y por otro Zarza Capilla La Nueva,
asentada en un llano, tiene una trama urbana hipodámica, racional,
donde hay tres edificios que destacan: el ayuntamiento, la iglesia y
el cuartel de la guardia civil. Dos cascos urbanos para un solo
pueblo junto con un común y trágico pasado bélico.
1Sus
dimensiones: 35 cm de diámetro, 45 cm de altura y 1,5 cm de grosor.
Más que un empeño de los vecinos fue una necesidad el rehacer sus casas. Hasta 1955 no se acabó el Pueblo Nuevo con viviendas insuficientes aunque eso por desgracia cambio una década después por la emigración
ResponderEliminarDoy las gracias por esta información; me ha encantado saber algo mas de mi pueblo de donde vengo y tengo todas mis raíces." VIVA ZARZA CAPILLA ".
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